lunes, 25 de enero de 2010

Siete años

"Siete años... Siete años trabajando como un animal, de sol a sol, metido en este agujero con asientos de cuero, no perdiendo de vista ni un solo instante la pantalla del ordenador... Siete largos años con la corbata al cuello, haciendo crecer más y más sus ya grandes cuentas, gota a gota, con la calderilla de todos estos pobrecillos. Siete años localizando y mordiendo yugulares y saboreando la sangre de esos vencidos hasta llegar a amar ese sabor, el sabor de la jungla, el sabor del triunfador, del sistema definitivo... Siete años siendo juez de la vida de los demás, decidiendo dónde dormirían los hijos de los hipotecados. Siete años abandonando a mi familia, siete años de la vida de mi hijo al que no vi crecer por estar aquí metido con el teléfono en la oreja. Siete años de cenas, comidas, copas, regalos, adulaciones, de manos por la espalda, por la mía y por las de otros, notando el tacto de esos trajes caros y de otros no tan caros.. Siete años de "venga usted mañana", de "están los papeles arriba, ellos deciden", de "el ordenador no me deja autorizar esa operación..." Siete años metiendo la cabeza pelada por agujeros infectos en busca de jirones de carne semiputrefacta, Siete años aguantando llantos y babas de paletos a los que les quité todo, haciendo de la eficiencia una forma de vida. Siete años anulando mi propio cerebro para sustituirlo por el suyo, viendo, oyendo, callando y ejecutando, engañando, robando, mintiendo, retorciendo y tergiversando, amasando su pan y obedeciendo sin escrúpulos... Joder, siete años!! No faltando ni un solo segundo, haciendo aquello que me pidieron multiplicado por cien, e incluso haciendo lo que no pidieron y que yo les regalé...
Es el momento de tomar mi tajada, de mi parte del pastel, ese pastel que yo ayudé a crear. Es mío también y lo quiero ya... no mañana, ni pasado mañana o el mes que viene o el año que viene... lo quiero ahora, quiero eso que me diferencie de una vez por todas de todos esos pobres diablos con los he tenido que tratar hasta hoy, eso que me ponga en el lugar que realmente merezco. Quiero mi dinero, joder!! He trabajado muy duro para eso y, joder, estamos en América!! Siempre hay un buen pellizco para la gente competente y patriota como yo...
Pero basta ya de pensar en lo que pasó porque aquí está, encima de mi mesa... Ya no más mirar a atrás, ya no más discusiones en casa ni más de ese maldito Volvo ranchera al que le suenan todas las tuercas..."
Tembloroso, cogió el sobre de encima de la mesa. Lo miró por delante, lo miró por detrás, lo levantó y lo volvió a mirar al trasluz en la ventana de su despacho. Se lo llevó a la cara, lo besó, lo abrazó, lo olió, "huele a éxito, a triunfo en la batalla, huele a trabajo bien hecho... huele... huele a mi!" exclamó en voz muy alta.
Finalmente, lo abrió. Desdobló el folio que había dentro y leyó con atención:




THE SOUTHERN BANK OF AMERICA




_Muy estimado Mr. Willard:


Son ya siete años de muy eficiente servicio suyo a esta empresa y es algo que no pasa desapercibido a la Junta Directiva que administra el futuro de nuestro proyecto.
Elegidos de entre muchos candidatos, personas como usted, comprometidos con la Compañía y con esta gran Nación, han hecho más grande nuestro horizonte con gran esfuerzo y una dedicación sin precedentes, y es por esto, que, la Junta Directiva y su Presidente al frente, quieren mostrar su más profundo agradecimiento a su extraordinaria labor.
Michael Alexander Willard ha sido y será, siempre, un ejemplo para las nuevas incorporaciones al proyecto, jóvenes que crecerán sanos reflejados en su figura.
Creemos, sinceramente, que una persona de su valía merece algo mejor en esta vida y esa es la oportunidad que deseamos, fervientemente, darle.
Aprovechando un reajuste que nos vemos obligados a ejecutar en nuestro organigrama, queremos notificarle, Michale A. Willard, que queda usted despedido, abriéndole así las puertas a un mundo lleno de posibilidades, que no quedará indiferente cuando le observe.
Esperamos, como gesto de agradecimiento por la confianza depositada en usted estos siete años, que renuncie al paquete de acciones que adquirió en la ampliación de capital del último ejercicio.

Sin más por el momento, reciba usted un cordial saludo.


Henry H. Douglas.- Jefe de personal.

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